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Ancelotti es, no lo olvidemos, apuesta personal de Florentino

15 mayo 2017

La pegada, por fin


Real Madrid 4 -  Sevilla 1

Hoy si, hoy la pegada ha salvado al Madrid. Ya era hora por otra parte. Era un argumento que hacía falta en estos tiempos de nerviosa expectación. A estas alturas todos los argumentos son necesarios y más si compruebas el execrable sesgo del arbitraje que sufrimos. Si no lo estaba antes, hoy Undiano ha dejado meridianamente claro que nos van a poner todas las trabas del mundo. Y a los culés, alfombra roja, por supuesto.

Empezó bien el Madrid, con una pillería de Nacho que demuestra su máxima cualidad: la concentración permanente, que cuasi diría Franco Battiatto. Poco después, Cristiano la empujó. Que bien la empuja Cristiano, que suerte tiene el jodío, estar ahí, siempre, para empujarla. Dos goles con una sóla ocasión, chúpate esa Sampaoli. A partir de ahí, a sufrir. El Sevilla mereció más, mucho más, pero la suerte y un Keylor descomunal permitieron aguantar la ventaja al descanso.

En el inicio del segundo tiempo, el blandengue balance defensivo de media y defensa hizo bueno ese refrán de que tanto va el cántaro a la fuente que acaban marcando. Y marcó el Sevilla. Y no sólo eso, jugaba mejor. Los blancos estaban espesos, les costaba Dios y ayuda llegar al área contraria con fluidez y el balance defensivo era pésimo. El Bernabeu encogía el alma y el esfínter. Sólo la Grada Fans seguían empujando, indesmayables e impertérritos ante el temporal palangana. Y entonces, como McGyver, el alineador de la sonrisa y la flor hizo un doble cambio que, como dirían en una boda gitana, puso lo de arriba abajo.

Entraron Casemiro y Lucas y milagrosamente las aguas volvieron a bajar mansas y cristalinas. Los chakras se alinearon y el orden volvió. Que suerte tiene Zidane, oye. Y como Moisés con las aguas, como el galán que deja su chaqueta a la chica bajo una ventisquera, para que el Bernabeu quedara más tranquilo, hizo que calentara Modric, gesto que fue lo más parecido a una promesa de amor eterno. Tras la ovación al pequeño gran Luka, todas las piezas volvieron a encajar, CR7 la volvió a empujar (esta vez con un poco más de fuerza, limpiando la escuadra) y el reloj volvió de nuevo su monótono tictac de ocasiones blancas, con el metrónomo Kroos pasando de nuevo a la red. 4-1 y a seguir soñando.

Me gustó: Keylor, Nacho y Asensio. Y pónganles el orden que prefieran. Sobresalientes en su labor, creciendo en los momentos cruciales de la temporada. El presupuesto, que dirían los que no nos pueden entender.

No me gustó: Undiano Mallenco lo intentó, pero no lo consiguió. Comprobar a mitad de partido que el Madrid llevara la mitad de faltas que el Sevilla y el doble de tarjetas, fue la demostración más clara de su sesgo interesado. Ya soy mayor para creer en hadas y arbitrajes neutrales y a las pruebas me remito.

Pepito Grillo: Raúl, "el madridista" comentarista de BeinSports, se permitió decir durante el transcurso del partido: "Ha sido una lástima que la vaselina de Jovetic se haya ido al larguero". Y se queda tan pancho el tío. No sé qué secreto inconfesable de Florentino guarda, pero si no es así, es incomprensible que el personaje esté en Junio en el Bernabéu. ¿Que va a aportar? ¿Pellizquitos de monja?

James escenificó de forma brillante su despedida del Bernabéu. Una lástima, pero es lo mejor para todos. Un nuevo ejemplo de la exigencia del Real Madrid, donde no es suficiente ser un jugador extraordinario (que lo es), además hay que demostrarlo SIEMPRE y ahí el colombiano se durmió en los laureles. Suerte en Manchester.


Franciscus: Se va a sufrir más en Málaga que en Vigo, ojo …..

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